Kepler-452b: cuando la realidad alcanza a la ficción

Pues sí, estamos en el año 2015. Y sí, hoy se ha anunciado el descubrimiento de un planeta análogo a la Tierra. Pareciera una noticia más que hoy poblará los diarios y las noticias en la prensa pero que quizá mañana quede olvidada entre la cascada de novedades que ocurren en este mundo. Pero no, esta no es una noticia más. Y es que resulta que este planeta hoy anunciado por un equipo de NASA liderado por Jon Jenkins, tiene unas características muy similares a la Tierra. Y esto significa que se da una de las condiciones básicas para la formación de vida tal y como la conocemos: puede tener agua líquida en su superficie y es, muy probablemente, un planeta rocoso.

Concepción artística del planeta Kepler-452b. Fuente: NASA.
Concepción artística del planeta Kepler-452b. Fuente: NASA/Kepler.

 Para los que no estéis familiarizados con el campo, desde que en los años 90 se descubrieran los primeros casos, hasta la fecha conocemos más de 1900 planetas fuera de nuestro Sistema Solar (esto es, orbitando alrededor de otras estrellas que no son nuestro Sol). Sin embargo, las características de todos ellos eran tales que no reunían las condiciones para disponer de agua líquida en su superficie. Es decir, estaban demasiado cerca de su estrella (con lo que agua se evaporaría por el calor) o demasiado lejos (con lo que el agua estaría en forma helada). Solo en unos pocos casos (alrededor de una veintena), los planetas están a la distancia suficiente para que el agua pueda estar en forma líquida. Sin embargo, en estos casos, las características de la estrella eran ligeramente distintas a las de nuestro Sol (como en el caso de Kepler-186) o los planetas son gigantes gaseosos como Júpiter o Saturno con lo que no hay posibilidad de albergar vida en ellos.

Ilustración del sistema planetario Kepler-542 y comparación con los planetas rocosos del Sistema Solar. La sombra verle en cada sistema representa la zona de habitabilidad, donde el agua puede estar en forma líquida en la superficie del planeta.
Ilustración del sistema planetario Kepler-542 y comparación con los planetas rocosos del Sistema Solar. La sombra verle en cada sistema representa la zona de habitabilidad, donde el agua puede estar en forma líquida en la superficie del planeta. Fuente:NASA/Kepler

Sin embargo, Kepler-452b reúne unas características muy similares a los nuestros. Es un planeta ligeramente mayor (1,6 veces el tamaño de la Tierra) orbitando alrededor de su estrella cada 385 días (20 días más que la Tierra alrededor del Sol). Su estrella es ligeramente más brillante que el Sol. Esto es debido a que aunque tiene una temperatura similar, es un poco más vieja que el Sol (1500 millones de años más) con lo que es un 10% más grande. El planeta se ha podido detectar gracias a la impresionante precisión de la misión espacial Kepler, de la que ya hemos hablado en numerosas ocasiones (ver, por ejemplo, este link) y que básicamente permitiría detectar una mosca pasando por delante de una ventana del Empire State a más de 40 kilómetros de distancia. Kepler utiliza el método de los tránsitos, que nos permite medir el radio del planeta. Sin embargo, para conocer su masa es necesaria la técnica de velocidad radial, que aún no es aplicable para planetas tipo Tierra. Por ello, los investigadores han tenido que emplear métodos estadísticos para validar la naturaleza planetaria de este planeta y estimar su composición. Así, obtienen una probabilidad de entre el 49% y el 62% de que este planeta sea rocoso. Así pues, aunque es probable, no podemos decir que estemos a ciencia cierta ante un análogo terrestre. La siguiente generación de instrumentos terrestres como ESPRESSO en  el Observatorio de Paranal (VLT/ESO, Chile) o más adelante con CODEX en el E-ELT, permitirán medir la masa de estos planetas y derivar así su composición de una manera más fiable y definitiva.

Y es que este es sólo el comienzo de unos años en los que seremos capaces de encontrar más y más planetas como el nuestro, con las condiciones propicias para el desarrollo de la vida en sus superficies. De hecho, recientemente, un estudio de NASA liderado por la Dra. Natalie Batalha sugiere que tan solo en nuestra Galaxia hay alrededor de mil millones de planetas con la Tierra. Pero es que hay mi millones de galaxias como la nuestra en el Universo. Si multiplicáis ambos números os daréis cuenta de que la cantidad de planetas similares al nuestro en el Universo es insultantemente grande. Así que… ¿de verdad piensas que no hay nadie ahí afuera…?

jlillo

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